Conversamos con Elisa Vaca López, licenciada en Psicología Clínica y de la Salud, Máster en Neuropsicología y directora del Centro Vaca-Orgaz desde 2006 y Belén Pozo Muñoz, licenciada en Psicología, especializada en Clínica y directora del área de Biofeedback del Centro Vaca-Orgaz. Autoras y tutoras del curso Evaluación y diagnóstico infanto-juvenil.
Nuestra práctica clínica comenzó precisamente dentro del ámbito infanto-juvenil, por lo que llevamos dedicadas a este campo más de 18 años.
A la hora de enfrentarse a cualquier dificultad o problema consideramos que es muy importante e imprescindible evaluar de manera objetiva, y no sólo a través de la entrevista, las problemáticas que presenta el sujeto. La evaluación aporta luz al motivo de consulta, lo delimita y lo expone en su totalidad. En muchas ocasiones, un supuesto motivo de consulta esconde otro problema que, de no ser evaluado, no aparecería y no podría mejorar.
"La evaluación aporta luz al motivo de consulta, lo delimita y lo expone en su totalidad."
Son un conjunto de habilidades cognitivas que facilitan el funcionamiento del resto. Gracias a ellas podemos conseguir el éxito, a través de la autorregulación. Con ellas el sujeto planifica, se controla, se va adaptando a los cambios y va gestionando su comportamiento en función de cómo cambia el entorno.
Porque son un imprescindible en los sujetos, tanto a nivel personal, social como académico. Influyen en cómo se presenta ante las diversas situaciones y cómo reacciona ante éstas y sus resultados.
"Con las funciones ejecutivas el sujeto planifica, se controla, se va adaptando a los cambios y va gestionando su comportamiento en función de cómo cambia el entorno."
Los problemas más frecuentes dependen de la edad del sujeto, pero en términos generales, los motivos de consulta más comunes son problemas de conducta y académicos.
Según la edad nos encontramos con los siguientes trastorno o problemáticas más comunes. En la primera infancia: problemas de conducta, control de esfínteres, problemas de sueño y trastornos del lenguaje. En la segunda infancia: trastornos de lectoescritura, problemas de conducta, problemas de relaciones sociales y miedos. Y durante la adolescencia: problemas en las relaciones familiares, problemas de conducta, rendimiento escolar e identidad.
En muchas ocasiones acuden a consulta por problemas de aprendizaje y rendimiento y, en realidad, detrás de ellos hay otras problemáticas emocionales como pueden ser: bajo estado de ánimo, problemas de relación con sus iguales, situaciones conflictivas familiares o crisis de identidad.
Porque sin una evaluación no se podrá llegar al problema real ni a su raíz y con ello no se podrá abordar realmente lo que le ocurre al sujeto. Sino se evalúa, no se puede elaborar un adecuado plan de tratamiento, y con el tiempo los problemas presentados se transformarán en otros diferentes. Otras dificultades expresarán el malestar o la alteración no detectada.
Ante un motivo de consulta en la etapa infantil y juvenil es muy importante evaluar las siguientes áreas o aspectos: desarrollo cognitivo, estado emocional, académico, relaciones sociales, relaciones familiares, autoestima y autoconcepto, personalidad y recursos personales.
"Porque sin una evaluación no se podrá llegar al problema real ni a su raíz y con ello no se podrá abordar realmente lo que le ocurre al sujeto."
Todo ello es analizado de manera detallada en el curso, éste se divide por edades y áreas a evaluar según los trastornos que aparecen con mayor frecuencia en la etapa infantil y juvenil.
Lo que lo hace diferente es que está adaptado a la práctica clínica real, no sólo a la parte teórica. Las pruebas de evaluación presentadas son las más actuales, válidas y fiables y esto lo hemos podido comprobar con nuestra práctica clínica real diaria en nuestro centro.
5 de agosto de 2019 - Dpto. de Comunicación TEA Ediciones
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