Conversamos con Marta Perandones Martínez, Psicóloga General Sanitaria y Doctora en psicología, Laura Gómez Mirón, Psicóloga General Sanitaria y Máster en Psicología Clínica y de la Salud y Ana Millán Delgado, Psicóloga General Sanitaria y Máster General Sanitario. Ellas son autoras y tutoras del curso de InTEA, Trastornos de la conducta alimentaria: prevención, evaluación e intervención.
Marta Perandones comienza su experiencia clínica en 2004 y es a partir del año 2011, cuando comienza a trabajar en una clínica multidisciplinar para el tratamiento de la obesidad y otros problemas alimentarios, cuando empieza a profundizar en este tipo de problemas y ese interés terminó convirtiéndose en su tesis doctoral (Aplicación de un programa de intervención para pacientes que han bajado de peso).
Laura Gómez Mirón comienza su experiencia en 2006 y los trastornos de la alimentación tanto a nivel clínico como subclínico, forman parte de su práctica clínica diaria, por lo que ha tratado este tipo de problemática en su día a día.
Ana Millán comienza su trayectoria en 2007, y además de la práctica de los TCA que aparecen en la práctica clínica diaria, participó también en un programa de intervención grupal para fomentar un estilo de vida saludable y bajar de peso con pacientes con obesidad y sobrepeso junto a un equipo médico durante varios años.
Es un problema que se observa más allá de la consulta, en el entorno más cercano y también a nivel social. Y aunque históricamente ha afectado mucho más a mujeres, cada vez son más hombres los que están preocupados por su cuerpo y su alimentación. Además, encontramos en el otro lado, mayores índices de obesidad tanto en niños como en adultos, siendo cada vez más complicado encontrar el equilibrio en cuanto a una sana alimentación.
"Es un problema que se observa más allá de la consulta, en el entorno más cercano y también a nivel social. "
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) podrían definirse como aquellas alteraciones de la salud producidas por un patrón alterado en la conducta de comer. Dentro de esta categoría diagnóstica podemos encontrar descripciones más específicas en función de cada trastorno que la conforman. El grupo de los TCA está formado por: pica, caracterizado por la ingestión de sustancias no alimenticias o sin valor nutricional; trastorno de rumiación, en el cual se observan continuas regurgitaciones de las ingestas; trastorno de evitación/restricción de la ingestión de alimentos, cuyo problema central es la no ingestión de alimentos o grupos de alimentos concretos; anorexia nerviosa donde se produce una restricción significativa de la ingesta; bulimia nerviosa, caracterizada por atracones de comida junto con conductas compensatorias; y trastorno de atracón, donde se dan los atracones pero sin estas conductas compensatorias.
"Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) podrían definirse como aquellas alteraciones de la salud producidas por un patrón alterado en la conducta de comer."
Quizás mucho más frecuente de lo que nos planteamos, según la literatura científica la prevalencia de los trastornos de la conducta alimentaria puede alcanzar al 11% de la población. Además, es más común entre mujeres, dándose en una relación 10:1 respecto a los hombres.
La gran diferencia se da entre aquellos países que le dan una gran importancia al físico y sus cánones de belleza están ligados a pautas restrictivas de alimentación y los que no; por lo que a nivel mundial, podemos encontrar lugares en los cuales la prevalencia es alta y otros, donde este tipo de patología no surge.
Los síntomas de alerta que pueden informarnos de que se está padeciendo un TCA están relacionados con la alimentación (utilización sin justificación de dietas restrictivas, preocupación constante por la comida, sentimiento de culpa por comer, comportamiento alimentación anómalo, acudir al baño tras la comida, evitar comidas en grupos, encontrar comida escondida, etc.), con el peso (pérdida de peso injustificada, miedo y rechazo al sobrepeso, aumento de deporte practicado, amenorrea, frio en extremidades, sequedad de la piel, estreñimiento, etc.), con la imagen corporal (percepciones erróneas o distorsionadas, intentos de esconder el cuerpo, etc.) y con diversos comportamientos (aislamiento social, irritabilidad o agresividad, síntomas depresivos, ansiedad, etc.).
Las consecuencias que derivan de los TCA se pueden diferenciar en consecuencias generales y los que dependen del trastorno propiamente dicho.
En cuanto a las consecuencias generales destacamos las implicaciones psicológicas: aislamiento social, baja autoestima, percepciones distorsionadas de la imagen corporal, creencias irracionales respecto al físico y su valía, síntomas depresivos, ansiedad y malestar psicológico en situaciones que impliquen comer, irritabilidad, disminución de la concentración, sensación de pérdida de control, etc.
En el caso de la anorexia nerviosa, suelen producirse a nivel físico una disminución de la frecuencia cardiaca y la presión arterial, reducción de la densidad ósea, debilidad muscular, deshidratación severa, desmayos, fatiga generalizada y debilidad, pérdida de cabello y lanugo. Algunas consecuencias que surgen en la bulimia nerviosa en este ámbito son: desbalance electrolítico, latidos cardiacos irregulares, pérdida de potasio, sodio y cloro, ruptura gástrica, inflamación y posible ruptura del esófago, caries y debilitamiento de los dientes, movimientos intestinales irregulares y úlceras. Por último, en el caso del trastorno por atracón, suele provocar alta presión arterial, niveles altos de colesterol, problemas cardiacos, diabetes y enfermedades de la vesícula biliar.
Si tenemos en cuenta la naturaleza multifactorial de este grupo de trastornos e integramos todo este conocimiento en un plan de prevención podremos conseguir una herramienta interesante. En este plan se deberán tratar cuestiones que, por un lado, aseguren que los factores de riesgo de la persona pierdan fuerza y, por otro, nos permitan potenciar los elementos que actúan como factores de protección. Además, la prevención será especialmente útil en momentos previos a la adolescencia, es decir, antes de la aparición de muchos de dichos factores de riesgo. Será muy potente potenciar y construir tanto una buena autoestima como una imagen corporal positiva, así como trabajar aspectos relacionados con el afrontamiento de las emociones y los estereotipos de belleza ligados a la delgadez, especialmente a través de la psicoeducación. Muy ligado con este último punto, es crucial tener en cuenta que las estrategias de afrontamiento que se ayuden a desarrollar deberán ir dirigidas también a hacerle frente a las presiones sociales y la objetivación, sobre todo en el caso de las mujeres.
"Será muy potente potenciar y construir tanto una buena autoestima como una imagen corporal positiva, así como trabajar aspectos relacionados con el afrontamiento de las emociones y los estereotipos de belleza ligados a la delgadez, especialmente a través de la psicoeducación."
El grupo de trastornos que constituyen los TCA resulta complicado, tanto por su etiología multifactorial como por las complicaciones asociadas y su tendencia a la cronificación, por lo que, de cara al tratamiento lo que resulta crucial es la adecuación de este a las idiosincrasias de la persona en concreto. Las intervenciones descritas para cada una de las patologías pretenden dotar de herramientas al terapeuta para su buena práctica clínica, para adaptar sus conocimientos a las necesidades, vulnerabilidades, experiencias y dificultades presentes de la persona que tiene en frente. Sin embargo, es importante resaltar que, en cuanto a evidencia aportada, destaca la Terapia cognitivo-conductual gracias a elementos como la psicoeducación, la reestructuración cognitiva, la exposición con prevención de respuesta, las técnicas de relajación, el entrenamiento en habilidades sociales, el uso de autoinstrucciones y la prevención de recaídas.
En efecto, desde la descripción detallada de los principales trastornos incluidos en el grupo de TCA, hasta la intervención recomendada para cada uno de ellos, este curso repasa sus características y aspectos diferenciales para asegurar un conocimiento profundo y asentar unas bases sólidas para su tratamiento
En definitiva, lo que más caracteriza a este curso es tanto su visión transdiagnóstica de la patología y la propuesta integradora para su intervención a través de diferentes modelos, como el nexo entre dicha visión teórica y la experiencia clínica.
9 de enero de 2020 - Dpto. de Comunicación TEA Ediciones
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