Gestionar el enfado de forma eficaz y divertida 17 de enero de 2023 Conversamos con Mónica Valverde Salgado y Manuel Peña Hermosa autores de 'El Club de REI' Un juego para la gestión del enfado de forma eficaz y divertida. Manuel Peña Hermosa, psicólogo, licenciado por la Universidad de Málaga (UMA). Comenzó su actividad profesional en el ámbito privado donde continúa trabajando actualmente con población adulta e infanto-juvenil desde la orientación cognitivo-conductual. Tiene el título del Máster Universitario en Terapia Psicológica con Niños y Adolescentes por la Universidad Miguel Hernández (UMH) y es especialista en Psicopatología y salud (UNED) y experto en Psicología y Esports (COP Madrid). Mónica Valverde Salgado, psicóloga, licenciada por la Universidad de Málaga (UMA) y tiene el Máster Universitario en Psicología de la Salud (UMA) y Máster en Sexología Clínica (UV). Es socia de AETAPI. Actualmente trabaja como psicóloga en su despacho privado donde realiza labores de evaluación e intervención psicológica tanto con adultos como niños desde la orientación cognitivo-conductual. También realiza talleres grupales relacionados con las habilidades sociales y las emociones. El enfado o enojo es una emoción primaria, pero ¿qué es? ¿cómo se expresa? ¿realmente es una emoción tan negativa? El enfado es una de las emociones básicas, ya que se puede identificar a través de la expresión facial en casi todas las culturas y es de las primeras que los niños y niñas demuestran. El enfado, como otras emociones, es una experiencia multidimensional con al menos tres sistemas de respuesta involucrados: el cognitivo/subjetivo (creencias, pensamientos, sesgos), el conductual/expresivo (aquello que hacemos, nuestra forma particular de expresar que estamos enfadados) y el neurofisiológico/adaptativo (las redes neuronales y sistemas de nuestro organismo que se activan). Calificarlo como positivo o negativo es más difícil. Por un lado, como otras emociones humanas, el enfado tiene un papel adaptativo y participa en la reacción de lucha o huida ante la detección de amenazas. Por otro lado, la presencia continuada de enfado e ira, se ha relacionado con enfermedades crónicas y consecuencias negativas para la salud, el bienestar y el apoyo social. Los ataques de ira están presentes en muchos diagnósticos psiquiátricos como el trastorno negativista desafiante, el trastorno bipolar y el trastorno límite de la personalidad. Esta parte negativa del enfado suele centrar la atención y por eso acaba siendo percibida como una emoción negativa. En resumen, el enfado en sí, como el resto de las emociones no es ni negativo ni positivo. Pero su expresión desregulada sí es un problema tanto para la persona y como para su entorno y esto lo que se considera negativo. El problema radica en que en la sociedad no se enseña a entender las emociones mal llamadas negativas ni sus consecuencias con nosotros mismo y con nuestro contexto. De ahí que las habilidades de regulación del enfado sean claves para el bienestar personal. "El enfado en sí, como el resto de las emociones no es ni negativo ni positivo. Pero su expresión desregulada sí es un problema tanto para la persona y como para su entorno y esto lo que se considera negativo." Desde vuestra perspectiva como psicólogos cognitivos-conductuales, ¿qué consejos se podrían dar para gestionar la rabia y el enfado en los niños y niñas? ¿Qué podemos hacer? Solemos decirles a las familias con las que trabajamos que antes de gestionar el enfado de sus niños o niñas realicen una respiración profunda. Realmente es estresante para las madres y padres afrontar las situaciones de enfado. Especialmente en épocas en las que ocurren de manera más frecuente. Ante el enfado de los niños y niñas la mejor opción es intentar hablar y cooperar en la resolución aquello que generó el enfado. ¡Aunque esto no es tan sencillo de llevar a la práctica! Es muy importante no reaccionar en exceso. Ante un grito, un desaire e incluso una conducta disruptiva debemos mantener la calma. Algunos niños y niñas pueden necesitar unos minutos en silencio antes de estar disponibles para escuchar. Es de gran importancia la actitud de la familia en los momentos en los que los pequeños experimentan el enfado. Hay familias que aceptan con facilidad estos estados emocionales desagradables, mientras otras familias tratan de eliminarlos. Es importante que los niños y niñas entiendan que las emociones nos ayudan a entender qué significan para nosotros las situaciones. En el caso del enfado, se relaciona con sentirse perjudicado o tratado injustamente. Una vez que entendamos qué percibe el niño o niña como un problema podremos tratar de ayudarle a buscar una solución (si es posible) o proponer una actividad alternativa que ayude a gestionar esa emoción. A veces simplemente podemos animarle a buscar por sí mismo o misma una alternativa. En los casos en los que no hay “solución”, podemos acompañar esa emoción. Decirles que “lo sentimos”, “que es un rollo”, compartir una experiencia similar u ofrecerles un abrazo. "Ante el enfado de los niños y niñas la mejor opción es intentar hablar y cooperar en la resolución aquello que generó el enfado. ¡Aunque esto no es tan sencillo de llevar a la práctica!" ¿Cuáles son los errores más comunes de los padres ante una rabieta? La capacidad de los padres para modular sus propias emociones es clave a la hora de afrontar una rabieta infantil. En muchas ocasiones, se comete el error de criticar, regañar o hacer comentarios negativos a los niños y niñas cuando muestran su enfado o comienzan una rabieta. Esto hace que la interacción sea muy negativa para ambos. Se entra en una especie de círculo vicioso. Si las situaciones de enfado se dan muy a menudo, las familias acaban agotadas (los niños y niñas suelen tener más energía) y ceden para calmar la situación. Estas dinámicas pueden acabar en castigos continuados, distanciamientos emocionales, ira contenida o en un clima familiar negativo, donde cada cual busca solución a los problemas sin contar con los demás. "La capacidad de los padres para modular sus propias emociones es clave a la hora de afrontar una rabieta infantil." ¿Cómo surge y se desarrolla El Club de REI? ¿Cuál es su objetivo? El Club de REI surgió como una solución ante una propuesta de intervención sobre el enfado. Nos involucramos en un proyecto de coeducación emocional en un centro escolar de nuestra ciudad. Teníamos que trabajar el enfado con varias clases de primaria. Nuestra experiencia en centros educativos ya nos había enseñado que las actividades a realizar con niños y adolescentes tenían que ser muy atractivas para mantenerles atentos. Somos muy aficionados a los juegos de mesa y de rol y pensamos que el juego es una herramienta única para el aprendizaje. Así que nos decidimos a desarrollar un juego de cartas que fuera sencillo, con una dinámica muy conocida por los niños y niñas y que nos permitiera introducir esos conceptos teóricos más pesados manteniendo su interés. La experiencia resultó muy positiva, tanto que, en los pasillos, los niños y niñas nos preguntaban cuando nos tocaba ir a su clase. Habían corrido la voz de que la “charla” era en realidad “jugar” y todos los grupos estaban entusiasmados con este planteamiento. Así conseguimos que escucharan las explicaciones y después les dejábamos ser los protagonistas. Les dábamos las cartas y decíamos, “¡a jugar!”. Supervisábamos el juego de los grupos para comprobar que los ejemplos y explicaciones que usaban eran adecuadas (y que nadie hacía trampas). La experiencia tanto para los niños como para nosotros fue muy enriquecedora, verlos en grupo hablar sobre sus problemas de enfado, lo que hacen cuando se enfadan…, involucrando en la dinámica a niños y niñas que estaban más aislados nos animó tanto que pensamos que esto podría ayudar a más niños. Tras esta experiencia, el juego pasó por una etapa de revisión y mejora. Añadimos más personajes, cambiamos y añadimos algunas cartas e incluimos materiales pensados para los profesionales y educadores. ¿Cuáles son las principales habilidades que se entrenan mediante el juego con El Club de REI? El juego se basa en enfoques cognitivo-conductuales y en programas realizados en escuelas que han mostrado buenos resultados en la gestión del enfado. El Club de REI tienes 3 ejes temáticos principales: El conocimiento del enfado, la expresión adecuada del enfado y las técnicas de reducción de la activación. Las habilidades que se entrenan en el juego incluyen la psicoeducación, la búsqueda de soluciones, la reestructuración cognitiva, control inhibitorio del enfado, puesta en marcha de conductas alternativas y práctica de estrategias de relajación. Todo esto mediado por el aprendizaje social que supone interactuar con el resto de los compañeros o familiares o con el terapeuta en el caso de sesiones clínicas individuales. ¿Qué proporciona el juego a la familia, educador o profesional que lo utiliza? Queríamos que este juego fuera una herramienta para aprender algo difícil de forma más divertida. Para las familias el juego puede ser una gran oportunidad para aprender sobre el enfado, pero también sobre el resto de los miembros de la familia. Puede ayudar a introducir en las dinámicas familiares estrategias eficaces para reducir el enfado y evitar los conflictos. Pensamos mucho en los educadores, queríamos que el juego se pudiera implementar tanto en clases completas como en grupos reducidos. Por ello, además del manual, hay presentaciones que permiten la explicación del juego a la clase de forma grupal. Al ser los niños los protagonistas, las ideas y ejemplos serán más significativos, ya que son sus iguales quienes los han proporcionado, no los adultos. Además, toda la clase tendrá un mismo criterio sobre aquellas formas de expresar el enfado que son adecuadas y aquellas que no lo son. Para los profesionales del ámbito clínico, hemos incorporado fichas de trabajo individuales y cartas personalizables. De esta forma, será posible reforzar los contenidos, mandar tareas entre sesiones o añadir contenidos específicos para los peques con los que estemos trabajando en cada momento. Muchas gracias Mónica y Manuel por vuestra amabilidad y profesionalidad. No os perdáis el webinar impartido por Mònica y Manuel el día 26 de enero de 2023 en el que nos presentan el Club de REI, proporcionando una visión general del juego y del entrenamiento de las diferentes habilidades mientras juega. Ver webinar Más información sobre El Club de REI Web del Club Twittear Seguir a @TEAEdiciones
17 de enero de 2023
Conversamos con Mónica Valverde Salgado y Manuel Peña Hermosa autores de 'El Club de REI' Un juego para la gestión del enfado de forma eficaz y divertida.
Manuel Peña Hermosa, psicólogo, licenciado por la Universidad de Málaga (UMA). Comenzó su actividad profesional en el ámbito privado donde continúa trabajando actualmente con población adulta e infanto-juvenil desde la orientación cognitivo-conductual. Tiene el título del Máster Universitario en Terapia Psicológica con Niños y Adolescentes por la Universidad Miguel Hernández (UMH) y es especialista en Psicopatología y salud (UNED) y experto en Psicología y Esports (COP Madrid).
Mónica Valverde Salgado, psicóloga, licenciada por la Universidad de Málaga (UMA) y tiene el Máster Universitario en Psicología de la Salud (UMA) y Máster en Sexología Clínica (UV). Es socia de AETAPI. Actualmente trabaja como psicóloga en su despacho privado donde realiza labores de evaluación e intervención psicológica tanto con adultos como niños desde la orientación cognitivo-conductual. También realiza talleres grupales relacionados con las habilidades sociales y las emociones.
El enfado es una de las emociones básicas, ya que se puede identificar a través de la expresión facial en casi todas las culturas y es de las primeras que los niños y niñas demuestran. El enfado, como otras emociones, es una experiencia multidimensional con al menos tres sistemas de respuesta involucrados: el cognitivo/subjetivo (creencias, pensamientos, sesgos), el conductual/expresivo (aquello que hacemos, nuestra forma particular de expresar que estamos enfadados) y el neurofisiológico/adaptativo (las redes neuronales y sistemas de nuestro organismo que se activan).
Calificarlo como positivo o negativo es más difícil. Por un lado, como otras emociones humanas, el enfado tiene un papel adaptativo y participa en la reacción de lucha o huida ante la detección de amenazas. Por otro lado, la presencia continuada de enfado e ira, se ha relacionado con enfermedades crónicas y consecuencias negativas para la salud, el bienestar y el apoyo social. Los ataques de ira están presentes en muchos diagnósticos psiquiátricos como el trastorno negativista desafiante, el trastorno bipolar y el trastorno límite de la personalidad. Esta parte negativa del enfado suele centrar la atención y por eso acaba siendo percibida como una emoción negativa.
En resumen, el enfado en sí, como el resto de las emociones no es ni negativo ni positivo. Pero su expresión desregulada sí es un problema tanto para la persona y como para su entorno y esto lo que se considera negativo. El problema radica en que en la sociedad no se enseña a entender las emociones mal llamadas negativas ni sus consecuencias con nosotros mismo y con nuestro contexto. De ahí que las habilidades de regulación del enfado sean claves para el bienestar personal.
"El enfado en sí, como el resto de las emociones no es ni negativo ni positivo. Pero su expresión desregulada sí es un problema tanto para la persona y como para su entorno y esto lo que se considera negativo."
Solemos decirles a las familias con las que trabajamos que antes de gestionar el enfado de sus niños o niñas realicen una respiración profunda. Realmente es estresante para las madres y padres afrontar las situaciones de enfado. Especialmente en épocas en las que ocurren de manera más frecuente.
Ante el enfado de los niños y niñas la mejor opción es intentar hablar y cooperar en la resolución aquello que generó el enfado. ¡Aunque esto no es tan sencillo de llevar a la práctica!
Es muy importante no reaccionar en exceso. Ante un grito, un desaire e incluso una conducta disruptiva debemos mantener la calma. Algunos niños y niñas pueden necesitar unos minutos en silencio antes de estar disponibles para escuchar. Es de gran importancia la actitud de la familia en los momentos en los que los pequeños experimentan el enfado. Hay familias que aceptan con facilidad estos estados emocionales desagradables, mientras otras familias tratan de eliminarlos. Es importante que los niños y niñas entiendan que las emociones nos ayudan a entender qué significan para nosotros las situaciones. En el caso del enfado, se relaciona con sentirse perjudicado o tratado injustamente. Una vez que entendamos qué percibe el niño o niña como un problema podremos tratar de ayudarle a buscar una solución (si es posible) o proponer una actividad alternativa que ayude a gestionar esa emoción. A veces simplemente podemos animarle a buscar por sí mismo o misma una alternativa. En los casos en los que no hay “solución”, podemos acompañar esa emoción. Decirles que “lo sentimos”, “que es un rollo”, compartir una experiencia similar u ofrecerles un abrazo.
"Ante el enfado de los niños y niñas la mejor opción es intentar hablar y cooperar en la resolución aquello que generó el enfado. ¡Aunque esto no es tan sencillo de llevar a la práctica!"
La capacidad de los padres para modular sus propias emociones es clave a la hora de afrontar una rabieta infantil. En muchas ocasiones, se comete el error de criticar, regañar o hacer comentarios negativos a los niños y niñas cuando muestran su enfado o comienzan una rabieta. Esto hace que la interacción sea muy negativa para ambos. Se entra en una especie de círculo vicioso. Si las situaciones de enfado se dan muy a menudo, las familias acaban agotadas (los niños y niñas suelen tener más energía) y ceden para calmar la situación. Estas dinámicas pueden acabar en castigos continuados, distanciamientos emocionales, ira contenida o en un clima familiar negativo, donde cada cual busca solución a los problemas sin contar con los demás.
"La capacidad de los padres para modular sus propias emociones es clave a la hora de afrontar una rabieta infantil."
El Club de REI surgió como una solución ante una propuesta de intervención sobre el enfado. Nos involucramos en un proyecto de coeducación emocional en un centro escolar de nuestra ciudad. Teníamos que trabajar el enfado con varias clases de primaria. Nuestra experiencia en centros educativos ya nos había enseñado que las actividades a realizar con niños y adolescentes tenían que ser muy atractivas para mantenerles atentos. Somos muy aficionados a los juegos de mesa y de rol y pensamos que el juego es una herramienta única para el aprendizaje. Así que nos decidimos a desarrollar un juego de cartas que fuera sencillo, con una dinámica muy conocida por los niños y niñas y que nos permitiera introducir esos conceptos teóricos más pesados manteniendo su interés.
La experiencia resultó muy positiva, tanto que, en los pasillos, los niños y niñas nos preguntaban cuando nos tocaba ir a su clase. Habían corrido la voz de que la “charla” era en realidad “jugar” y todos los grupos estaban entusiasmados con este planteamiento. Así conseguimos que escucharan las explicaciones y después les dejábamos ser los protagonistas. Les dábamos las cartas y decíamos, “¡a jugar!”. Supervisábamos el juego de los grupos para comprobar que los ejemplos y explicaciones que usaban eran adecuadas (y que nadie hacía trampas). La experiencia tanto para los niños como para nosotros fue muy enriquecedora, verlos en grupo hablar sobre sus problemas de enfado, lo que hacen cuando se enfadan…, involucrando en la dinámica a niños y niñas que estaban más aislados nos animó tanto que pensamos que esto podría ayudar a más niños.
Tras esta experiencia, el juego pasó por una etapa de revisión y mejora. Añadimos más personajes, cambiamos y añadimos algunas cartas e incluimos materiales pensados para los profesionales y educadores.
El juego se basa en enfoques cognitivo-conductuales y en programas realizados en escuelas que han mostrado buenos resultados en la gestión del enfado. El Club de REI tienes 3 ejes temáticos principales: El conocimiento del enfado, la expresión adecuada del enfado y las técnicas de reducción de la activación. Las habilidades que se entrenan en el juego incluyen la psicoeducación, la búsqueda de soluciones, la reestructuración cognitiva, control inhibitorio del enfado, puesta en marcha de conductas alternativas y práctica de estrategias de relajación. Todo esto mediado por el aprendizaje social que supone interactuar con el resto de los compañeros o familiares o con el terapeuta en el caso de sesiones clínicas individuales.
Queríamos que este juego fuera una herramienta para aprender algo difícil de forma más divertida. Para las familias el juego puede ser una gran oportunidad para aprender sobre el enfado, pero también sobre el resto de los miembros de la familia. Puede ayudar a introducir en las dinámicas familiares estrategias eficaces para reducir el enfado y evitar los conflictos.
Pensamos mucho en los educadores, queríamos que el juego se pudiera implementar tanto en clases completas como en grupos reducidos. Por ello, además del manual, hay presentaciones que permiten la explicación del juego a la clase de forma grupal. Al ser los niños los protagonistas, las ideas y ejemplos serán más significativos, ya que son sus iguales quienes los han proporcionado, no los adultos. Además, toda la clase tendrá un mismo criterio sobre aquellas formas de expresar el enfado que son adecuadas y aquellas que no lo son.
Para los profesionales del ámbito clínico, hemos incorporado fichas de trabajo individuales y cartas personalizables. De esta forma, será posible reforzar los contenidos, mandar tareas entre sesiones o añadir contenidos específicos para los peques con los que estemos trabajando en cada momento.
No os perdáis el webinar impartido por Mònica y Manuel el día 26 de enero de 2023 en el que nos presentan el Club de REI, proporcionando una visión general del juego y del entrenamiento de las diferentes habilidades mientras juega.
Ver webinar
Más información sobre El Club de REI Web del Club