Conversamos con José Antonio Portellano Pérez, Doctor en Psicología. Neuropsicólogo. Psicólogo Clínico. Autor del ENFEN y de varias pruebas de evaluación neuropsicológica: CUMANIN, CUMANIN-2, CUMANES, Test de las Anillas y Test de los Senderos. Profesor Titular del Departamento de Psicobiología en la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid.
25 de enero de 2018 - Dpto. de Comunicación TEA Ediciones
P.: Las Funciones Ejecutivas (FE) son el director de la orquesta de la cognición, el elemento rector más importante de la inteligencia humana. Se pueden definir como el conjunto de habilidades cognitivas de alto nivel que permiten la resolución de problemas complejos, facilitando una adaptación más eficiente. El centro de control de las FE se localiza en el área prefrontal, que es la principal área asociativa del córtex cerebral. Está formada por tres áreas anatomofuncionales: dorsolateral, medial y orbitaria. El área dorsolateral tiene un mayor protagonismo en actividades de razonamiento; el área medial interviene más activamente en los procesos de activación y motivación y el área orbitaria tiene mayor participación en la regulación emocional. Aunque el centro logístico desde el que se controlan las funciones ejecutivas es el área prefrontal, en su puesta a punto participan numerosas áreas y estructuras encefálicas, con quienes el área prefrontal establece conexiones bidireccionales que permiten un funcionamiento eficiente de las FE. Diversos componentes cognitivos y emocionales conforman las FE. Los componentes cognitivos más importantes son: flexibilidad mental, inhibición, planificación, actualización, fluidez mental, memoria de trabajo y control atencional. Los componentes emocionales incluyen: regulación emocional, capacidad para interactuar, autoconciencia, empatía y capacidad para adaptarse a normas.
P.: Todas las funciones mentales superiores (memoria, lenguaje, percepción…) son importantes para conseguir un aprendizaje satisfactorio. Sin embargo, las FE son la locomotora de todas las funciones mentales y de la inteligencia, porque permiten optimizar el aprendizaje de cualquier tarea. Una adecuada puesta a punto de las FE resulta fundamental para aprender eficientemente, ya que las funciones ejecutivas organizan, programan y regulan la actividad mental, optimizando así el aprendizaje escolar. Los niños y niñas que disponen de un funcionamiento ejecutivo eficiente, siempre tienen mayores probabilidades de tener éxito escolar, al contrario de lo que sucede cuando existe disfunción del sistema ejecutivo.
"Las funciones ejecutivas organizan, programan y regulan la actividad mental, optimizando así el aprendizaje escolar"
El desarrollo de las FE finaliza pasada la adolescencia, cuando el lóbulo frontal consolida su desarrollo neuromadurativo, después de que lo hayan logrado las restantes estructuras del cerebro. Las FE evolucionan a través de la infancia, especialmente a partir del tercer año de vida. Hay que tener en cuenta que la evolución de las funciones ejecutivas no es idéntica en todos los niños, siendo posible que con un mismo cociente intelectual dos niños tengan un funcionamiento ejecutivo con distinto nivel de desarrollo. Por este motivo la estimulación cognitiva de las funciones ejecutivas siempre beneficiará a los niños con mayores dificultades en este dominio.
P.: El ámbito de la neuropsicología escolar es el que tiene mayor repercusión, ya que en la escuela se encuentran niños y niñas que presentan retardo madurativo, disfunción cerebral o lesiones neurológicas de mayor importancia. Pero junto a este colectivo, hay un 80% de escolares que no tienen afectación neurológica, aunque pueden presentar alteraciones cognitivas de menor importancia, que limitan su capacidad de aprendizaje. Recientemente se ha acuñado la denominación de “Síndrome disejecutivo” para referirse a aquellos niños que disponen de una capacidad intelectual normal, pero que presentan problemas de planificación, razonamiento, flexibilidad mental, control de los impulsos o dificultades para la autorregulación emocional, que les impiden tener un aprendizaje eficaz. Aunque el trastorno por déficit de atención/hiperactividad es el paradigma del síndrome disejecutivo, existen numerosos niños y niñas con trastornos del neurodesarrollo, espectro autista, discapacidad intelectual, retardo neuromadurativo y un largo etcétera, que presentan dificultades para organizar, regular y planificar el aprendizaje escolar como consecuencia de un déficit en sus FE.
Más allá del ámbito educativo, la evaluación de las funciones ejecutivas en la infancia es muy aconsejable en numerosos ámbitos clínicos, neuropediátricos y forenses. La inclusión de la evaluación neuropsicológica, y más concretamente la evaluación de las funciones ejecutivas, puede resultar de gran utilidad en el diagnóstico, orientación y tratamiento de alteraciones psicopatológicas, diabetes, bajo peso al nacer, niños que sufren maltrato, migrañas, epilepsia, cromosomopatías, etc. Cuando se incluye la evaluación neuropsicológica de las FE en el protocolo de evaluación de las patologías neuropediátricas y clínicas, el psicólogo puede diseñar los programas de intervención de un modo más eficiente, adaptado a las peculiaridades de cada niño.
"Más allá del ámbito educativo, la evaluación de las funciones ejecutivas en la infancia es muy aconsejable en numerosos ámbitos clínicos, neuropediátricos y forenses."
P.: Las funciones ejecutivas se pueden evaluar mediante evaluación clínica y psicométrica. Ambas modalidades son necesarias para disponer de un conocimiento más profundo del nivel de eficiencia del funcionamiento ejecutivo de cada niño. La evaluación psicométrica resulta imprescindible para conocer el rendimiento del niño en cada uno de los componentes que conforman las funciones ejecutivas, identificando los puntos fuertes y débiles de su perfil; también definen cuál es la eficiencia del niño en comparación con una determinada población normativa. La evaluación clínica se basa en la observación, permite registrar las principales alteraciones conductuales y cognitivas del niño en relación con sus funciones ejecutivas y aporta un significado ecológico, ya que tiene en cuenta las circunstancias ambientales que condicionan el rendimiento del niño. En la evaluación clínica es imprescindible recabar la opinión de padres y profesores, pero la observación clínica del funcionamiento ejecutivo del niño –por sí sola- sería insuficiente ya que finalmente es necesario evaluar psicométricamente el rendimiento ejecutivo de cada niño.
P.: El ENFEN está formado por cuatro pruebas: Fluidez Verbal, Construcción de Senderos, Anillas e Interferencia. La prueba de Fluidez Verbal evalúa preferentemente fluidez psíquica, eficiencia lingüística, categorización, actualización, memoria de trabajo, inhibición y atención sostenida. Incluye dos subpruebas que miden la fluidez fonológica y la fluidez semántica. La construcción de Senderos mide: capacidad para planificar, flexibilidad mental, memoria operativa, memoria prospectiva, capacidad visoperceptiva y fluidez motora. Esta prueba incluye la realización de dos senderos, uno en gris y otro de color, que el niño tiene que construir, uniendo con un lapicero números consecutivos, según unas normas prefijadas. La construcción con Anillas mide la capacidad para planificar, la actualización, la memoria prospectiva, la velocidad de procesamiento y la flexibilidad mental. Consiste en construir torres de complejidad creciente manipulando anillas de colores sobre tres ejes verticales. Por último, la prueba de Interferencia mide capacidad inhibitoria, flexibilidad mental, atención excluyente y velocidad de procesamiento. Consiste en la lectura de nombres de colores que están escritos en un color diferente al de la palabra impresa.
"ENFEN está formado por cuatro pruebas: Fluidez Verbal, Construcción de Senderos, Anillas e Interferencia"
P.: En primer lugar, el ENFEN es una prueba pionera en España, ya que viene a llenar un hueco en la evaluación neuropsicológica de las funciones ejecutivas en la infancia, puesto que no existían pruebas específicamente diseñadas para la evaluación de las FE en la infancia. En segundo lugar, el ENFEN tiene una sólida fundamentación estadística, lo que permite una evaluación neuropsicológica válida y fiable de las funciones ejecutivas en la infancia. En tercer lugar, permite evaluar diversos componentes de las FE, tales como flexibilidad mental, capacidad de inhibición, memoria de trabajo, atención sostenida y excluyente, memoria de trabajo, velocidad de procesamiento y planificación. En cuarto lugar, siendo una prueba con una sólida base teórico-conceptual y estadística, está diseñada para que resulte amena para el niño, ya que incluye tareas muy atractivas, como la prueba de construcción con Anillas. En quinto lugar, el manual del ENFEN incluye un amplio apartado dedicado a explicar los fundamentos neuropsicológicos de la prueba, lo que enriquece la interpretación de los resultados. En sexto lugar, el manual del ENFEN también incluye un capítulo con numerosas propuestas de ejercitación para realizar estimulación cognitiva de las funciones ejecutivas. Por último, hay que señalar que su duración es relativamente breve, en torno a 20 minutos, por lo que es muy bien aceptada por el niño, evitando la fatiga, la pérdida de motivación o la inatención.
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