Conversamos con Myriam Delgado-Ríos, Doctora en Psicología, Máster en Mindfulness y Gestión de Emociones. Profesora Contratada Doctor en el Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Málaga. Y autora de “CEM, Juego para la práctica del mindfulness o atención plena al momento presente”.
19 de enero de 2020 - Dpto. de Comunicación TEA Ediciones
Para algunas personas, puede que haya entrado en sus vidas por estar precisamente de moda. Lo bueno que tienen las modas es que se da a conocer su existencia, llegando a personas que, de otra manera no hubiese llegado. Este boom, ha permitido a gran parte de la población occidental conocer, probar, experimentar el mindfulness. La práctica de la atención plena no es cosa de un día, aunque puedes notar parte de sus beneficios nada más comenzar a practicarla. Pero estos beneficios se multiplican exponencialmente si la adhieres a tu día a día, si lo conviertes en una forma de ser y de estar en el mundo. Así que para aquellas personas que no le encuentren utilidad tras esa primera toma de contacto, o incluso llegando a encontrarle utilidad, no la incorporan en su vida diaria, se tratará de una moda pasajera. Por el contrario, para otras personas habrá llegado para quedarse, si la aplican y la adhieren como habito, llegando a transformar su forma de relacionarse con el mundo.
Definir el mindfulness es más fácil que ponerlo en práctica diariamente. Entender su definición, resulta sencillo e incluso obvio. Mindfulness significa poner atención plena al momento presente, es decir, poner consciencia a lo que ocurre en cada instante sin juzgar, sin pretender cambiar nada, simplemente experimentando con todos los sentidos ese momento tal y como es. En la sociedad actual, puede resultarnos complicado crearnos un hábito para poner atención consciente en nuestro día a día. Nuestro cerebro está preparado para pensar, juzgar, analizar, planificar…, por lo que entrenarlo para que observe sin juicio y aceptación lo que ocurre a cada momento, no es tarea fácil. Actualmente las personas tienden a estar más conectadas con las nuevas tecnologías y con sus historias pasadas y futuras que consigo mismas y con los demás en el momento presente, por lo que cambiar esto supone un reto para las personas que comienzan su práctica. El desafío para nuestra sociedad pasa por un cambio de paradigma que implica un reenfoque en la forma en la que miramos y observamos lo que nos rodea. Es decir, un cambio en la forma de ser y estar en el mundo que nos permita estar más conectados con nuestras verdaderas necesidades en cada momento. En este sentido, el mindfulness supone una pieza clave para que este cambio de enfoque suceda.
"Nuestro cerebro está preparado para pensar, juzgar, analizar, planificar…, por lo que entrenarlo para que observe sin juicio y aceptación lo que ocurre a cada momento, no es tarea fácil."
Por supervivencia, nuestra mente tiene un sesgo negativo, viviendo contantemente atrapada entre el pasado y el futuro. De hecho, dos de las enfermedades mentales más frecuentes del S. XXI son causadas por un exceso de pasado (trastornos depresivos) y un exceso de futuro (trastornos de ansiedad). La práctica de mindfulness proporciona a las personas herramientas y estrategias con las que poder ser más conscientes de sus pensamientos, emociones, y reacciones en el momento presente y de esta forma se pueden gestionar mejor a nuestro beneficio. Sólo en el presente tenemos la oportunidad de actuar, vivir, cambiar y, en definitiva, elegir cómo queremos responder a ese momento o circunstancia. Enseñar a las personas a darse cuenta de que ellas son más que sus pensamientos y emociones, las dota de responsabilidad para poder elegir cómo pueden manejar su vida en función de lo que más le convenga. Por tanto, respondiendo a la pregunta, y en base a todas las investigaciones y literatura que hay escrita sobre ello, mindfulness puede ayudar en el proceso terapéutico y mejorar la evolución de una persona. Pero, también me gustaría aclarar que no es algo que se deba imponer, pues depende de cada persona. Es una práctica que puede resultar incómoda para algunas personas dependiendo de sus circunstancias. Por lo que el profesional, ha de respetar, no forzar y aceptar lo que mejor se adapte a cada paciente.
"La práctica de mindfulness proporciona a las personas herramientas y estrategias con las que poder ser más conscientes de sus pensamientos, emociones, y reacciones en el momento presente y de esta forma se pueden gestionar mejor a nuestro beneficio."
Cuando tenía 6 años mi profesora de Ed. Primaria. (pionera en esto del mindfulness, sin ella saberlo), tras el recreo, nos hacía guardar silencio, ponía el aula en penumbra, y nos hacía que cruzáramos los brazos sobre la mesa y apoyáramos en ellos la cabeza y ahí cerrábamos los ojos al menos durante 5 minutos. Ese momento para mí era muy especial, lo recuerdo como si fuera ayer. Notaba como mi mente y mi cuerpo se sentían bien, me calmaba y tranquilizaba esa rutina. El aula se iba transformando en un espacio de paz y tranquilidad tras el ajetreado y bullicioso recreo. Supongo que desde entonces tengo instalado el recuerdo de lo bien que esa experiencia me hacía sentir. Así que siempre que he podido me ha interesado formarme y practicar actividades relacionadas como el yoga, la meditación o la relajación. En este sentido, en torno al año 2003 comencé a practicar yoga. En uno de los retiros tuve mi primera experiencia de meditación formal consciente que como me gustó tanto por los efectos que sentí, comencé a profundizar más en el conocimiento y la práctica de la atención plena.
CEM surge gracias al trabajo de fin de Master sobre Mindfulness para gestionar emociones eficazmente, dónde un grupo de compañeras y compañeros intentábamos dar solución a una problemática que empezaba a vislumbrarse. Tras el boom de programas y cursos de formación en atención plena, cuyos beneficios se han ido recabando en numerosas investigaciones, también se iba haciendo cada vez más patente que en las investigaciones dónde se hacía un seguimiento meses después de la formación o intervención, los beneficios comenzaban a disminuir debido a falta de adherencia a la práctica por parte de las personas que habían sido formadas o intervenidas (van Dongen, et al. 2016). Nosotros quisimos crear algo útil y que realmente sirviera para cubrir esa necesidad que veníamos observando. CEM surge con el fin de incentivar la adherencia a la práctica de una forma lúdica y atractiva en familias, contextos educativos, sociales y sanitarios. La presentación del trabajo de Fin de Master a nuestros profesores y compañeros tubo muy buena acogida, así que se nos ocurrió presentarlo también a un Congreso de Atención Plena en Zaragoza, en dicho congreso hubo mucha gente interesada en el juego y fue cuando decidimos contactar con TEA para ver si ellos querían comercializar el Juego para que éste pudiera llegar a más personas. Fue un proceso muy bonito y enriquecedor, tanto para todos los autores y creadores del juego como para los responsables del proceso de edición. Se ha puesto mucho cariño y cuidado en este juego, con la idea de que realmente sirviera para todas aquellas personas que quisieran iniciarse o continuar su práctica de atención plena de una forma lúdica.
CEM pretende potenciar la atención plena, la gestión emocional, el autoconocimiento y amor hacia uno mismo y los demás. Así mismo, también trabaja la aceptación, la empatía, la paciencia, el desapego, el respeto, el trabajo en equipo y la adherencia a la práctica de mindfulness.
Sin duda, CEM es una herramienta muy versátil y útil con la que poder trabajar tanto de forma individual como grupal, en el ámbito educativo, sanitario, familiar o social. También se puede jugar utilizando el tablero o únicamente las tarjetas. Cada profesional podrá ajustarlo a su contexto, circunstancias y participantes de la forma que crea más conveniente. Precisamente uno de sus puntos fuertes es que es un juego muy flexible y cada persona puede adaptarlo según le convenga.
"CEM es una herramienta muy versátil y útil con la que poder trabajar tanto de forma individual como grupal, en el ámbito educativo, sanitario, familiar o social."
El juego empieza y termina cuando cada participante quiera. Es un juego que no tiene fin, pues se adapta a lo que cada uno estime oportuno según sus necesidades. Con CEM lo que tratas es de vivir con atención plena, cada momento, la experiencia que toque vivir. Es una forma lúdica de entrenar a la mente para disfrutar del momento presente, de forma que puedas trasladar posteriormente esta rutina de atención plena a tu día a día.
CEM se ha testado con niños desde Educación Infantil hasta con personas mayores, y por todos los grupos de edades ha sido muy bien acogido. Los más pequeños, a veces, puede que necesiten algo más de guía, pero en otras ocasiones nos sorprenden y son ellos los que nos guían a nosotros (los adultos), pues ellos viven en este momento presente con más espontaneidad y naturalidad que nosotros. En otras palabras, son nuestros grandes maestros. Por tanto, CEM va dirigido a todas aquellas personas que quieran poner en práctica la atención plena, la gestión emocional y la compasión al tiempo que pasan un rato divertido explorando con la curiosidad de un niño cada momento único, independientemente de su edad.
El papel del mindfulness en la gestión emocional es crucial. Si no prestamos atención a como nos sentimos en cada momento, si no aprendemos a pararnos para escucharnos realmente, difícilmente podremos poner en orden nuestras emociones. Este paso es fundamental para poder encontrar la respuesta más adecuada y coherente a nuestras necesidades. Para ello es necesario tomar consciencia en cada momento sobre cómo me siento, por qué me siento así, y qué puedo hacer para gestionar mejor eso que estoy sintiendo sin dejarme llevar o influir por ello.
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